María Íza creció en una familia de agricultores en las afueras de Quito, por eso no se sorprende que hoy en día se dedique a la producción de aves (pollos, patos, pavos) y especies menores como cuyes conejos. Sin embargo, sus experiencias hasta este punto no son de las más esperadas. Con la ayuda de sus padres, María empezó a trabajar en una fábrica como costurera a los 16 años. Durante este tiempo nacieron sus cuatro hijos, y ella decidió regresar a la agricultura. Obtuvo 14 vacas lecheras que generaron ingresos suficientes para sustentar a su familia. A enfrentar años de desestabilidad en el país y el robo de unas de las vacas, María decidió vender las demás y empezar un pequeño negocio de costurera con dos máquinas de coser. Durante este tiempo, ella apoyaba a sus hijos ir al colegio y después a la universidad, pero María no tenía dinero suficiente para una computadora en el momento en que su hija necesitaba escribir la tesis para graduarse, ya que su negocio estaba muy mal por la competencia que existía en ese momento. María tomó la decisión difícil de vender las máquinas de coser para comprar una computadora para su hija.
Hoy en día es obvio que eso fue la mejor decisión que María pudo haber hecho. Su cara brilla con alegría cuando María explica que todos sus hijos se graduaron de la universidad y son profesionales ocupando cargos muy importantes en las empresas. María en cambió ha incrementado su nuevo negocio también. Sin experiencia ninguna con pollos, ella decidió comprar una caja de 200 pollitos. Había visto un señor vendiendo pollitos recién nacidos, y le llamó la atención. No fue fácil al principio. De los primeros 200 pollitos, solo pudo llegar a vender 100. Con el tiempo, ella ha diversificado y hecho crecer al negocio. Hace poco empezó a vender el típico cuy ecuatoriano además de los animales que ya tiene varios años de criar. Con la ayuda del afiliado local de PW, María consiguió un pequeño préstamo para cambiar el techo del galpón y mejorar la ventilación del mismo. Al mismo tiempo, construyó nidos para los patos, pavos y las gallinas de campo. En cuanto que va creciendo el negocio, María espera comprar más jaulas para los cuyes y los conejos, ya que el consumo de este tipo de carne esta creciendo en el mercado de Quito, y tal vez una camioneta para llevar los animales a la feria. En todo su trabajo, María depende del Señor para darle la fortaleza para su trabajo actual y para que sea Él que le provea para el futuro.
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